En 1923, el contrabandista Owney Madden adquirió un local en Harlem, Nueva York, y lo bautizó como “Cotton Club”. Su idea era utilizarlo como tapadera para vender alcohol durante la Ley Seca, pero el local creció en popularidad y artistas tan talentosos como Duke Ellington, Louis Armstrong, Ethel Waters o Cab Calloway lo convirtieron en la meca del jazz.