Se trata de un juego de guerra de bloques con cartas para cada facción y que se juega en un precioso tablero montado. Con mecanismos similares al famoso juego Sekigahara o Granada, aquellos que conozcan o hayan jugado a estos juegos, les será muy fácil asimilar las reglas y empezar a jugar cómodamente en poco tiempo. Los bloques de cada jugador solo estarán visibles para si mismo, hasta que se producen las batallas. Esto genera un efecto «niebla de guerra» muy interesante. No solo tendrás que tener una buena selección de bloques antes de entrar en combate, sino que también es muy importante ser capaz de desplegarlos. De nada sirve un ejército enorme si no tienes la capacidad de desplegarlo en el combate. Estas dos dinámicas crean un efecto de caos controlable que favorece mucho la estrategia y el faroleo.